martes, 15 de marzo de 2016

Prensa CVPBA

Pensar nuevos paradigmas

Zoológicos: ¿hacia dónde vamos?

El debate se da tanto en la Argentina como en el mundo y se centra en cuál debe ser el rol de los zoológicos en la actualidad. El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires propone algunas líneas para reflexionar sobre esta problemática.

Un Jardín Zoológico es, según su definición, un parque público en el que se exhiben animales cautivos, principalmente para recreación y educación. Quizás esta definición no es suficiente para caracterizar a un zoológico hoy en día y lo que está claro es que es imprescindible repensar su función en la sociedad actual y rediseñarlos. Se percibe una tendencia general que, tal y como están, no deben seguir creciendo. En muchos casos, además de existir el mero exhibicionismo de los animales, la precariedad, la infraestructura y la higiene van en contra del bienestar animal, la sanidad y las normas de seguridad. Pero pensar en un nuevo paradigma de transformación del Zoológico, no debe tomarse a la ligera y basarse solo en deseos o ideales sin solidez técnica profesional.

El zoológico en el tiempo y sus fundamentos

Los zoológicos fueron cambiando conceptualmente con el tiempo, variaron sus instalaciones, incluyendo la organización de los predios, su arquitectura, la señalización, entre otras cuestiones. Se consideraban como un sitio de entretenimiento, argumento que fue evolucionando hasta llegar al actual, según el cual algunos zoológicos constituyen verdaderos centros recreativos, educativos y científicos. Sin embrago, es posible decir que la función recreativa, la educativa (que dio origen a la institución en la modernidad y que está íntimamente vinculada a la recreación) y la vinculada a la investigación científica, no pueden sustentarse y gestionarse en la actualidad como en su origen.


El propósito educativo es fundamental en el rediseño de estas instituciones, pero es factible preguntarse ¿qué es lo que se quiere enseñar acerca de los animales? ¿Su fisiología? ¿Su comportamiento? ¿Su reinserción en los nuevos ecosistemas? En vista a los avances tecnológicos y las condiciones en las que se encuentran varios zoológicos, hoy tenemos a disposición muchas herramientas para conocer infinidad de especies, sus hábitats, sus formas de organización, etc. En lo referido al argumento de la investigación científica, los que se dedican y realizan estos trabajos son pocos y menos aún son los que tienen científicos dedicados por completo a la investigación.


El único argumento que mantiene solidez es el de preservación de especies en peligro de extinción que en determinados casos, como el de los grandes mamíferos o las Aves, los programas de conservación en el medio natural no logran tener éxito. La existencia de zoológicos ha permitido imaginar estrategias variadas para salvar especies en riesgo de extinción para luego reintroducidas en sus hábitats naturales. Lamentablemente, en algunas instituciones reina la desidia, la falta de recursos y el maltrato animal.

La propuesta de los Ecoparques

Existe un proyecto de ley que propone la transformación del Zoológico de Mendoza en un Ecoparque, frente a un “cambio de paradigma en el modo en que los seres humanos se relacionan con los animales y el zoológico”. El proyecto propone “modificar el espíritu del predio llevando a cabo una transición gradual del modelo actual, basado en la exhibición animal con el sólo fin de recreación, hacia el de un activo rol en la protección de la diversidad biológica autóctona. Esto implica el desarrollo de actividades de rehabilitación, reintroducción, conservación de fauna y flora silvestre y generación de planes de investigación y materiales educativos acordes.”


Por definición, Ecoparque es lo que se considera un Punto Limpio, es decir, un lugar donde la chatarra y la basura que se produce en un domicilio y no puede depositarse en los sitios habituales, es llevada a contenedores habilitados para tal fin y, tras un proceso de tratamiento, sus componentes, son reutilizados como materia prima en la fabricación de nuevos productos. Pero más allá de definiciones, la iniciativa de transformar los zoológicos en Ecoparques ha resonado fuerte en los últimos años y si bien se parte de la certeza de que debe hallarse una nueva perspectiva, las propuestas deben estar a la altura de un nuevo paradigma, contemplando las medidas necesarias, no solo en términos de rediseño del espacio, la organización, la concepción de los animales, la naturaleza, los ecosistemas, la educación y la conservación, sino también en temas específicos y centrales para la implementación de cualquier proyecto de estas características en su diagnóstico, planificación y gestión: tiempos de ejecución, financiación, factibilidad, capacitación y de trabajo interdisciplinar que evalúe todas las variables para realizar un verdadero cambio.


Estos proyectos surgen de buenas intenciones, debemos considerarlos, pero se debe buscar con claridad el fin preciso del mismo y el de sus propósitos, de lo contrario las medidas propuestas carecen de objetivos específicos con los que trabajar. Mediante un criterio profesional, tal como se encuentra presentado actualmente, no puede percibirse cuál es el fin concreto, el propósito que se espera alcanzar, los resultados previos durante su ejecución y las actividades necesarias para ir logrando estos objetivos. Un proyecto de transformación de un zoológico debiera tener asentados sus cimientos en una sólida base de conocimiento científico‐técnico, de claridad en el marco legal e institucional para implementarlo, de relación con otras organizaciones, de participación firme del Estado y personal profesional capacitado. Se debe encontrar un equilibrio, ir por el desarrollo sustentable y sostenible en el tiempo.


El Estado debe tener una fuerte participación en el rediseño de los Zoológicos, estableciendo estrategias que impliquen repensar la concepción que se tiene de ellos, de las necesidades actuales en términos sociales y educativos, de preservación de ecosistemas, del bienestar animal y de la salud animal preservando siempre la salud pública. Pero para ello debe contar con un proyecto consensuado socialmente, profesionales capacitados, participación interdisciplinaria y la cooperación de todos los sectores: el privado, las organizaciones ambientalistas y proteccionistas. En el mundo actual, además de hacer, hay que pensar y evaluar muy bien los cambios a implementar, preservando la vida animal y del hombre en esta, nuestra casa.


El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires es consciente de esta problemática y colegas de la especialidad están estudiando el tema para realizar el aporte desde la profesión.

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Cambio climático y Salud Pública

Dengue: ser víctimas y verdugos al mismo tiempo

El avance del Dengue parece inminente y, aun cuando existe una exacta comprensión de la incidencia y efectos del cambio climático, hay casos confirmados en la mayoría de las provincias del país. El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires indaga sobre cómo se llegó a esta situación y qué políticas se desarrollan para abordar esta problemática.


Las cifras oficiales del Ministerio de Salud indican que ya hay casos confirmados de dengue en 21 distritos de nuestro país. La última versión del Boletín Epidemiológico de este organismo especificó que durante las primeras semanas del año hay 82 casos confirmados entre los 722 notificados en varias provincias.


Todos los estudios realizados hasta el momento indican que, como en el caso de otras enfermedades, el principal motivo de la expansión del Dengue es el cambio climático: temperaturas más altas y climas más húmedos. Esto, sumado a la veloz urbanización que hubo en los últimos años en la región, provocó un desequilibrio en el hábitat del mosquito permitiendo que se reproduzca en un mayor número.

El cambio climático puede ser un proceso natural como tantos otros en la historia del planeta, pero se sabe que “durante los últimos 50 años, la actividad humana, en particular el consumo de combustibles fósiles, ha liberado cantidades de CO2 y de otros gases de efecto invernadero suficientes para retener más calor en las capas inferiores de la atmósfera y alterar el clima mundial.” (OMS) Este escenario ayuda a que los mosquitos transmisores encuentren las condiciones ideales para su reproducción. ¿Entonces, qué es lo que se está haciendo con esta información?


Dentro de este panorama sanitario, se vuelve fundamental hablar del dengue como un problema cada vez más grave para la Salud Pública mundial, producto de los múltiples factores y cambios que vive nuestro mundo. En estas sociedades complejas, superpobladas, la inadecuada recolección de residuos y la acumulación de recipientes favorecen al desarrollo de la enfermedad. Por otro lado, mientras se intenta prevenir con recomendaciones y hábitos cotidianos, como no acumular agua en recipientes en los hogares y la fumigación (medidas necesarias pero meros paliativos), nada se hace en relación a los grandes basurales en donde el plástico brinda las condiciones, una vez más, para reproducción del mosquito.

Si bien es cierto que se trabaja cada vez más para prevenir la enfermedad, que están trazados los lineamientos para realizar seguimientos y vigilancia de control, que los gobiernos y expertos asisten a importantes encuentros mundiales para establecer estrategias globales de planificación; nos encontramos una y otra vez con más casos confirmados.

Según la OMS “el zika se está propagando de manera explosiva" en Latinoamérica, donde “se esperan de tres a cuatro millones de casos para 2016” pero que “el dengue es mucho más peligroso para los humanos (…) aproximadamente la mitad de la población mundial corre riesgo de contraerlo”. Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud, (OPS) afirma que “es endémico en toda América Latina, excepto en Chile y Uruguay”. En Brasil, ahora en el centro de la crisis por el zika, se registraron 1,6 millones de casos probables de dengue el año pasado, un aumento de 178% respecto a 2014, indicó un balance oficial.

Existiendo mediciones y mecanismos de control y conociendo las consecuencias del cambio climático, ante esta situación no cabe más que preguntarse: ¿No se sabía? ¿Se podría haber evitado? ¿Qué es lo que se prioriza en detrimento de la Salud Pública?

En estos días se reunieron en Montevideo, Uruguay, ministros de Salud de 14 países de América Latina para valorar la situación epidemiológica de la región en relación al virus del Zika (trasmitido a través de la picadura de un mosquito infectado del género Aedes, el mismo que transmite dengue, fiebre chikungunya y fiebre amarilla.) También estuvieron presentes representantes de la OPS y del Organismo Andino de Salud (Oras-Conhu).

La relevancia de esta reunión extraordinaria está dada por la complejidad de la problemática en la región y la necesidad de realizar un trabajo mancomunado entre todas las naciones. Y es que hay que trabajar con todas la poblaciones para evitar que los mosquitos se reproduzcan en zonas urbanas yendo más allá de recomendaciones básicas, ya que sin políticas globales de salud efectivas se está en presencia de un terreno perdido.

Desde su lugar, el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires continúa impulsando la activa participación del profesional veterinario en los temas de Salud Pública. De un tiempo a esta parte, la institución se apropió firmemente de esta forma de concebir al veterinario como agente sanitario con importantes funciones dentro del campo de la salud. Debe existir un cambio que lo comprenda como un terreno compartido en el que todos debemos participar y en el que las estrategias sean interdisciplinares para abordar adecuadamente estas y otras problemáticas.

En conclusión, si no se aborda a la Salud Pública desde una mirada integral e interdisciplinar, si no se piensa en un desarrollo que contemple a los ecosistemas y priorice la vida en el planeta, si no se discuten e implementan políticas efectivas para disminuir el cambio climático dentro de las posibilidades humanas -que no se reduzcan a meras campañas informativas (también importantes pero no eficaces como acciones aisladas), no debe causar sorpresa que los casos sigan aumentado y que los cambios globales sigan sacado mucha ventaja. No es posible prevenir el Dengue si se siguen generando las condiciones para que se haga cada vez más fuerte y extendido. Y más aún, aunque fuera posible contener el Dengue sin solucionar problemas de fondo, seguirán existiendo otras enfermedades –nuevas y viejas- cada vez más complejas de controlar.

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